Había de todo. En aquella tienda-bar del remoto valle vasco y situado al borde de la carretera y lejos del pueblo más cercano, estaba " el corte inglés". Así llamaban los vecinos del lugar a la tienda de Mercedes, que se arropaba de la humedad y del frío con una gruesa toquilla de lana. Mercedes había vendido de todo: botas altas de goma, zapatillas confortables para casa,cazuelas, orinales, cestas de mimbre, cerillas, sacos de patatas, aguja e hilo. En ese pequeño cubículo cabía de todo. Desde lo más grande a lo más ínfimo. Todo el espacio estaba repleto de objetos que se agolpaban los unos con los otros y daban al local cierto encanto. Los cacharros buscaban su espacio como los aldeanos del lugar buscaban un hueco para pedir un vino a Doña Mercedes. Y allí en la barra-mostrador se refugiaban del frio, comentaban los últimos chismes del lugar y se llevaban la docena de huevos y un par de calcetines de lana, todo en el mismo lote.
Nos acercamos allí a tomar unos vinos, unos lugareños tomaban sus txiquitos. Txema se acordó de repente del recado de su novia. habían venido con la intención de pasar el fin de semana y a ella se le había olvidado traer ropa interior. Creí en un principio que me estaba tomando el pelo. En un pispas me ví preguntándole a Mercedes si vendía bragas. ! Claro que tenía! ! Y de la mejor calidad! Ella trabajaba con buen género y mejor material. Sacó varios modelos, parecían hechos para grandes mujeronas vascas, de las de cortar troncos. Ese modelo nos quedaba grande. Mercedes nos habló del viajante que le surtía, venía de Santander de ciento en viento, pero que buen resultado daba su género. Le pedimos a Mercedes un tamaño más reducido. Cogimos varias. Seguimos tomando unos zuritos en agradable charla.
Txema al irnos dijo:
_ Mercedes, cóbreme la ronda y las bragas.
Los viejillos de al lado nos miraron sonriendo. Si es que en "el corte inglés de Karrantza" había de todo.
viernes, 11 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario